Detalle de un dibujo de cabello, realizado
por Leonardo. Veremos que, para imaginar la tensión de las ondulaciones, Leonardo imaginaba en el cabello fuerzas como las de la hidráulica, los remolinos y corrientes en el agua de los ríos y embalses.
PLUMAS, HIDRÁULICA Y CABELLOS. |
Escucha Fabio, de entre los elementos que, para dibujar, más interesantes me resultaban en mi juventud, están las plumas. Son fáciles de encontrar, presentan formas y colores muy diversas, y requieren aguzar la observación y la sensibilidad. La estructura de una pluma es sencilla; un eje o raquis, y los filamentos que, por lo general en forma diagonal, le salen a ambos lados.
Desde los plumones de ganso o cobertoras de patos, hasta las plumas de la cola de un pavo real, todas resultan bellas para dibujar. Pero lo interesante de las plumas es que su forma y su extensión no son más que la suma rigurosa y precisa de miles de filamentos. Más que dibujar un contorno, la pluma exige dibujar sus ondulaciones acumulando líneas dispuestas una junto a otras.
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| Pluma hecha por Javier, 3ºESO. |
Esto debe hacerte reflexionar sobre una aspecto de la realidad visible. No todo lo que podemos observar en las cosas es su contorno. A veces lo que vemos es una suma de elemento casi microscópicos, que a lo lejos se vuelven una masa indiferenciada. Acaso se trate de un problema filosófico que ahora no nos interesa mucho, pero que tuvo muchas proposiciones poéticas: cómo distinguir el ruido de una gota al caer, en mitad de la lluvia; de qué color es el pelo de una liebre; etc.
Por otra parte, lo microscópico es lo que crea el aspecto propio y único de cada materia. La tiza es mate y mi compás metálico, brillante, por la superficie microscópica. Además, las marcas en la superficie de un objeto, cuando son visibles, como los filamentos de las plumas, permiten dibujar con cierta facilidad las redondeces y las concavidades de los objetos. Imagina una esfera de madera que tiene vetas. Al dibujar las curvas de las vetas estarás representando la redondez de la esfera. O mismamente, el globo terráqueo... Vemos mejor su redondez cuando dibujamos sus meridianos. No es raro este ejemplo, los topógrafos imaginan los campos llenos de líneas curvas para poder representarse bien las alturas y las honduras de las tierras.
Imagina un paisaje con un campo roturado. Acaso el arado es una forma de dibujo sobre la tierra... Al dibujar la curvatura de los surcos que hay en el suelo, estaremos dibujando los altibajos del terreno. Hay un libro de enseñanza del dibujo japonés, el
Hamonshu, que sirve para aprender a dibujar olas, y la amalgama de curvas y contracurvas que produce el oleaje se representa de esta misma manera, como un campo roturado. Pero, propiamente, además, eso es lo que imaginó el gran Antoine Watteau cuando dibujó a esta mujer de espaldas, o, más bien, su vestido rayado, un enorme campo de montículos roturados.
No es mal ejercicio ese, dibujar un trapo rayado, anudado o doblado de alguna manera.
Pero hablando de Watteau, y puesto que dijimos que los dibujantes, antes que nada, somos exploradores de nuestro alrededor. Puede que en casa tengas una caracola, otro objeto que maravillaba al poeta Valéry, y lo incitaba a pensar en el arte. Fueron caracolas lo que dibujó Watteau, durante una larga convalecencia que le llevó a la muerte muy joven, estando en casa de su amigo Gersaint. Las caracolas que los nobles franceses de la época guardaban como un tesoro, por haber sido traídas de lugares remotos, y considerarse rarezas. Lo cierto es que hay caracolas fáciles de encontrar por las lonjas gaditanas, como las Bolinaris Brandaris, y que tu mismo puedes dibujar. En el s. XVII, ya se empezaban a elaborar atlas naturalistas de "malacología", pero sus dibujos a menudo son mucho más pobres que los que hiciera Watteau. Éste echo mano del recurso de las líneas de superficie para describir, como un explorador y un cartógrafo que viaja por nuevas tierras, la preciosa horografía de las caracolas llamadas Lambis Lambis.
En realidad, Watteau, empleaba esas líneas de la misma manera que al sombrear un brazo o una mejilla, otros artistas solían mover el lápiz con la dirección o la curva de la superficie, con si estuvieran imaginando una piel rayada, igual que la superficie de una caracola.
Aunque lo mas interesante de la observación y representación de filamento viene ahora.
 
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| Sandro Botticelli fue un pintor del s. XV, que guardó en su arte algunos rasgos de la pintura medieval, especialmente un declarado aspecto decorativo de las formas y las composiciones. Leonardo, que era el adalid de la "fidelidad a la naturaleza", el más contrario a todas las tradiciones medievales, más de una vez se burló del dibujo de su paisano. En las pinturas de Botticelli el cabello es un elemento crucial: forma volutas, se dispersa, se entrelaza, anima el cuadro y le imprime un ritmo a las figuras. |
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En un pasaje de sus escritos de arte, Leonardo enseñaba que su dibujo de líneas servía para imaginar las tensiones internas de los objetos, lo invisible que llega a ser visible. Leonardo meditó cómo se formaban los remolinos de agua en los ríos, y para ello realizó unos dibujos de hilos retorcidos que, como ruedas de engranaje, producían alguna fuerza en alguna dirección, e influían en los remolinos contiguos. Las líneas dibujadas le servían para entender de dónde venía la fuerza de la corriente, y cómo se disipaba. Pero lo más interesante es que sus observaciones no quedaron cercadas en aquellos asuntos acuáticos, sino que cuando se puso a observar la estructura de los rizos en los cabellos también describió fuerzas de caída y de torsión que interactuaban, "el peso y el retuerzo, lo que asciende y desciende". No es extraño, pues, que los cabellos que dibujó guardaran una cierta semejanza con los remolinos de agua. En fin, esto demuestra una vez más que el dibujo, en su caso, no era sólo una forma de observar lo visible, sino también una manera de pensar, de razonar cómo y por qué son así las cosas que se nos muestran a la vista.


Desde los cabellos sin filamentos de Velázquez, donde la luz reflejada por las ondulaciones es objeto de reflexión principal, hasta los cabellos de los pintores clásicos, claramente descritos y ordenados, hasta los cabellos de pintores barrocos, como Andrea del Sarto, y más allá, los modernos, donde, como las turbulencias de una mente llena de actividad, se anudan, se desatan, se retuercen y forman corrientes fluviales...


En el retrato de Velázquez, los cabellos, mirados en la distancia, son masas oscuras con
bellos destellos plateados. Andrea del Sarto, un pintor cuyas figuras mostraban más
movimiento y vitalidad que las de Velázquez, ha dibujado la redondez de la cabeza gracias
con los filamentos de cabello, entrelazados, estirados y anudados, y llenos de energía,
como el propio gesto de la muchacha.
ACTIVIDAD 1.
Dibujo de una pluma de ave. Se tiene que hacer, como vimos en clase, dibujando con mucho control los filamentos yuxtapuestos.
Se hace en la libreta, a tamaño a5.
Se emplea sólo lápiz o sanguina.
ACTIVIDAD 2.
Fotocopia el retrato de una persona (con posición indistinta: tres cuartos, perfil, etc.). Puede ser una fotografía de alguien, o una obra de arte. Por ejemplo, puedes extraer retratos de las pinturas de Botticelli y otros pintores italianos del Renacimiento. Dibuja el mismo retrato con líneas de contorno y dintorno. Después, sin calcar, y utilizando la imaginación, representa el movimiento de los cabellos. Procura que los peinados tengan movimiento o recogidos con distintas direcciones, trenzas, etc.
Se hace en el bloc, a tamaño a4.
Se emplea sólo lápiz o sanguina.
ACTIVIDAD 3.
Dibujo de dos caracolas. Observa las superficies rayadas, y emplea de nuevo las "curvas de nivel" para darle volumen a tu dibujo de la caracola.
Se hace en el bloc, a tamaño a4 (las dos caracolas en la misma hoja).
Se puede emplear, al final, una acuarela tenue o témperas muy diluidas para colorear tu dibujo.
ACTIVIDAD 4. Actividad para casa. Busca trapos o telas rayadas. Coloca la tela como más te guste, por ejemplo, anudándola o doblándola de alguna manera, y dibuja la misma. Observa bien el cambio de dirección del rayado en cada una de las dobleces. No emplees sombras o, en todo caso, emplea muy pocas sombras, sólo para reforzar la oscuridad de algunos pliegues.
Se hace en el cuaderno, en tamaño a5.
Técnica libre.
Busca imágenes de algún libro japonés de diseño de olas (escribe en google
Hamonshu). Tomando como referente las mismas, elabora un diseño propio de paisaje marino o terrestre (campo roturado).
Lo puedes hacer en el cuaderno, en tamaño a5, o en bloc, en tamaño a4.
Técnica libre, preferentemente tinta, rotulador calibrado, o lápiz (no se recomienda bolígrafo).
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