SISTEMA DIÉDRICO, Y VISTAS.

Los arquitectos también dibujan, es evidente, ya lo vimos con Aldo Rossi, que, además, también diseñaba objetos domésticos, menaje, como sus teteras. Muchas particularidades afectan al dibujo en relación con esta actividad artística o técnica, ya desde su función. Pues a menudo estos artistas, los arquitectos y diseñadores industriales o artesanos, necesitan garantizar que su dibujo se pueda construir, que de tales dibujos se puedan sacar puntos, magnitudes, toda la información suficiente para fabricar un objeto.


Le Corbusier, delante de su pizarra, con el dibujo de alzado
de un edificio. Le Corbusier también fue pintor,
aunque esta faceta suya sea menos conocida

Es con esta idea que Gaspard Monge, un peculiar músico, ingeniero, dibujante, polímata amigo de Napoleón, inventó el sistema diédrico. Su idea era dibujar varias vistas del objeto, o lo que es lo mismo, el objeto desde diferentes puntos de vista, para tener todos los detalles epaciales del mismo.

En realidad era algo que ya se hacía antes de Monge, aunque de una manera un poco más desorganizada. Pero podemos ver cómo los arquitectos de todas las épocas anteriores ya hacían las vistas frontales, y las plantas (vistas desde arriba) de los edificios, o lo que es lo mismo, los planos.

Esa era la idea, planificar.

Alzado (con un corte) y planta, del arquitecto Bramante.

Alzado, del gran arquitecto Palladio.
Las vistas del Teatro del mundo, de Aldo Rossi.
Si volvemos a la idea de proyección, o de dibujo proyectivo (el sistema de proyección era como la mano que delante de una bombilla proyecta su sombra sobre la pared), nos daremos cuenta de que aquí también partimos del mismo concepto.


Pero la particularidad es que, en el sistema diédrico, no se combinan las vistas sobre un mismo dibujo. Al contrario, se dibujan tres vistas de un objeto que, por lo general, tiene sus aristas ORTOGONALES a una especie de cajita compuesta por los planos de proyección, o diedro.

De ese modo, sobre el suelo de la cajita lo que se dibuja es lo que se vería si hipotéticamente pudiésemos ver el objeto justo desde arriba, tan perfectamente que ni siquiera pudiéramos ver nada de las caras laterales. A esa vista la llamaremos PLANTA.

Y lo mismo sucedería con las caras laterales que, para distinguirlas, las llamamos respectivamente  ALZADO y PERFIL.

Arriba podemos ver el dibujo que resultaría de las proyecciones de todos los puntos del objeto desde las diferentes posiciones o vistas. Pero, es evidente que nosotros no dibujamos sobre una cajita de cartón, sino que lo hacemos sobre un papel plano. Imaginemos, no obstante, que esa cajita tiene pernios que permiten abatir las paredes como si fueran ventanas. La planta se cae hacia abajo, y el perfil se repliega a un lado.












Las posiciones de las vistas sobre el papel, por tanto, quedarán de este modo. Al dibujar las vistas de los objetos, es fácil cometer algunos errores que poco a poco aprenderemos a evitar. El primero de todos es dibujar las vistas desconectadas en tamaño y forma. Como aparentemente son tres dibujos independientes del mismo objeto, los solemos dibujar en diferentes tamaños y con proporciones muy dispares. Pero si nos damos cuenta, las alturas de varias aristas en una vista deben coincidir con las alturas en otras, y las anchuras o la profundidad en unas con las de otras. Insistiré en que estas características del dibujo de vistas está en relación a su función, como solía insistir Ernst Gombrich, "la forma sigue a la función". En este caso, la función de tales objetos sería la construir los objetos, o lo que el mismo Monge, el inventor del sistema, llamaba "reversibilidad". La reversibilidad, para Monge, era la posibilidad absoluta de que el dibujo de vistas siempre pudiera ser traducido a un dibujo en perspectiva o en un objeto volumétrico, en madera o cualquier otro material, y lo contrario, que cualquier objeto fuera susceptible de ser dibujado en vistas. Esta reversibilidad no siempre se da en todos los tipos de dibujo, y hasta diríamos que suele ser infrecuente. Por ejemplo, en una naturaleza muerta de Chardin, es muy difícil saber la relación de tamaños real que tenían los objetos, la distancia que separaba unos de otros, etc. Y no digamos ya la distancia real que hay entre los árboles de un paisaje de Van Gogh. Los dibujos en el sistema diédrico son dibujos que sirven para construir objetos, una suerte de mapa que, para cualquier persona que conozca el sistema, permite identificar cada punto en el espacio y su relación con otros puntos, es decir, con tal precisión que esa relación puede ser medida, y la medida transportada a una madera, para reconstituir el objeto real. No son propiamente dibujos para ser mirados, como sucedía con las perspectivas caballera e isométrica (por lo demás, también usada por arquitectos, artistas y diseñadores industriales). Pero veamos ahora, en la práctica, como operamos con los conceptos de este sistema. Una manera inmediata de determinar lo que cae dentro del campo de proyección de una vista, es usar colores. Pero veremos que a menudo hay partes de un objeto que pertenecen a varias vistas a la vez, como en este caso la rampa triangular violeta.


En copistería he dejado una batería de dibujos en perspectiva isométrica, que usaremos para dibujar sus vistas diédricas. Y en clase, además, hemos usado en las explicaciones este interesante generador de piezas cúbicas, que nos permite diseñar piezas simples y moverlas espacialmente para analizar las vistas.


Comentarios

Entradas populares